La Estatua de Zeus en Grecia

Una vez más la actual Grecia es sede de una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. En ese entonces uno de los grandes centros era Olimpia, el centro religioso de la antigua Grecia, y allí mismo el escultor Fidias creó la fabulosa Estatua de Zeus hacia el año 432 a. C.
Para rendir homenaje al rey de los dioses olímpicos la estatua fue diseñada con grandes dimensiones y así fue como medía aproximadamente 12 metros de altura y fue esculpida en marfil. Fidias era experto en la materia, su estilo, su plasticismo, su equilibrio en la elección de temas y su eximia composición del cuerpo humano lo hicieron merecedor de la tarea. Además, los mejores escultores trabajan para construir un templo en donde albergar la obra de arte y así es como la estatua se ubicada en el pasillo del recinto.
De acuerdo a la historia, Zeus se encontraba sentado en un trono con el torso desnudo y un manto en las piernas mientras que en la cabeza llevaba una corona de olivos. Sus ojos miraban hacia abajo con una mirada paternal y en la mano derecha un cetro rematado con un águila.
Uno de los aspectos más relevantes de esta obra era el trono, que estaba rematado en marfil, ébano, oro y piedras preciosas mientras que el respaldo, los brazos, las patas y los travesaños estaban lucían relieves y labrados.
Más allá de los detalles de la estatua uno de los aspectos más interesantes de esta obra monumental fue el hecho de que por primera vez Fidias logró una idea de cómo debía ser el Dios Zeus.
El Faro de Alejandría en Egipto

El Faro de Alejandría es la única de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo que fue construida con un fin utilitario.
Ubicado en la isla de Pharos, en Alejandría, Egipto, fue una torre construida en el siglo III a. C. -aproximadamente entre los años 285 y 247 a. C- que servía como punto de referencia del puerto además de cumplir con su función tradicional de faro a partir de una hoguera nocturna que marcaba la posición de la ciudad a los navegantes pues por entonces no había punto de referencia alguno.
Durante mucho tiempo, esta estructura fue una de las más altas midiendo entre 115 y 150 metros de alto. El encargado de su construcción fue el arquitecto Sósrtato de Cnido quien llevó adelante el proyecto bajo el encargo de Ptolomeo II. Entre los materiales utilizados, se recurrió a grandes bloques de vidrio que fueron colocados en los cimientos para evitar la erosión.
La torre se situaba sobre una base y estaba diseñada con bloques de mármol ensamblados con plomo fundido. En la parte superior, se podía ver un gran espejo metálico que reflejaba la luz del sol durante el día mientras que por la noche proyectaba a una distancia de hasta 50 km la luz de la hoguera.
Al igual que sucedió con algunas de las siete maravillas, el faro se dañó con algunos terremotos mientras que los restos desaparecieron en 1480 cuando el sultán de Egipto utilizó los bloques para construir una fortaleza en el lugar.